lunes, 28 de diciembre de 2015

PUNTOS CARDINALES

"Fui perdiendo el norte y olvidando el sur" Marea


Norte, sur, este y oeste. Esos son los cuatro puntos cardinales, cuatro letras, cuatro flechas que nos sirven para orientarnos cuando estamos perdidos. El este u oriente a la derecha, por donde sale el sol. A la izquierda tenemos occidente, el oeste, por donde el sol se esconde para dar paso a la luna. Abajo, el que asociamos a la calidez, el sur. Y por último, el que más importancia tiene para mí de todos ellos: el norte.

Cuando pensamos en la palabra norte la primera idea que nos viene a la cabeza es el frío. Pero también es la dirección que tenemos que encontrar siempre que estemos desorientados. Es la guía para situar el resto de nuestros puntos cardinales. 

¿Nunca os habéis preguntado de dónde viene la famosa frase "Estás perdiendo el norte"? ¿Por qué el norte y no el sur? Pues todo tiene su origen en el mar. Cuando se escondía el sol y los navegantes se encontraban a la deriva, sin saber hacia que lado girar el timón, descubrieron que la única forma de guiarse era seguir a la Estrella Polar o Estrella Norte, que siempre se encuentra en ese punto.

Jersey de Mosquito Blue, Barcelona.


Patalones de Brandy & Melville

Zapatos de Aur Revoir Cinderella Shoes


Cuando alguien nos dice que estamos perdiendo el norte es que estamos perdiendo el rumbo, la razón. Es cuando no estamos siguiendo el camino correcto o estamos parados en el lugar equivocado, o quizá siguiendo a una persona que en realidad no sabe cuál es la dirección correcta. A veces no nos damos cuenta de esto y otras veces decidimos que nos apetece perdernos un rato, lanzarnos a la aventura.

Por suerte, muchos contamos con un sitio en el mapa donde sabes que vayas cuando vayas y haya pasado el tiempo que haya pasado, siempre vas a tener tu sitio. Tu norte. Y donde da igual que sea invierno, verano, o que haya cinco grados bajo cero, porque siempre vas a sentir ese calor que lo hace tan especial. 





Puede que el resto de mis puntos cardinales vayan cambiando de sitio, pero si cierro los ojos, siempre voy a poder ver con claridad cuál es mi norte. 

Mil gracias Anna por inspirarme, 
besos Lidia. 

jueves, 10 de diciembre de 2015

CERCA DEL CIELO

"Quizá deberíamos aceptar la posibilidad
de la caducidad del paraíso,
tolerar la intermitencia de la felicidad,
no meternos más en la boca la palabra porvenir
y agradecer que estés aquí 
ahora." Marwan
Supongo que si escribo la palabra paraíso, a cada uno le vendrá a la mente una idea diferente. La mayoría nos imaginamos un lugar idílico, con playas de agua cristalina y muchas plantas exóticas. Pero para mí lo más importante de este concepto es lo que sentimos imaginando que estamos allí: felicidad.



Hay muchas cosas día a día que nos hacen sentirnos en nuestro propio paraíso.
Por ejemplo, ese momento después de un examen en el que te sientes libre, te salga bien o no, al menos tienes la satisfacción de haberlo intentado y una buena excusa para salir a celebrarlo. Esas cervezas con tus amigos en una terraza disfrutando de los primeros rayos del sol de Abril, donde cualquier tema de conversación te parece interesante. O esos planes al aire libre en pleno invierno donde lo único que sientes es el calor de quien quiere compartirlos contigo. Eso que tanto tiempo llevabas esperando y que por fin, cuando menos te lo esperas aparece, para ti. Cuando habías perdido la esperanza en algo y entonces aparece de nuevo para sorprenderte, y agradeces haber estado equivocado. Cuando suena tu canción favorita en el momento justo. Cuando recibes ese mensaje en el mismo momento en el que pensabas escribirle tú. Los nervios antes de un primer encontronazo y la adrenalina de los planes improvisados que al final salen mejor que si los hubieses planeado durante un mes. Sentir tanta complicidad con alguien como si le conocieras de siempre. Saber que siempre vas a tener a alguien con quien poder contar para cualquier cosa porque no te va a juzgar. Poder dormir doce horas o no dormir en toda la noche. Atreverte a decir eso que llevabas tanto tiempo pensando. Saber que aún te quedan muchas cosas que hacer por primera vez y por compartir. Los besos inesperados, bailar, los reencuentros, ver atardecer...

Todas estas cosas me hacen sentir un poquito más cerca del cielo.